jueves, 28 de febrero de 2008

Pesadilla en Memo Street

¡Saludos, mis queridos y aburridos lectores! Y digo aburridos porque si acudís aquí para pasar un buen ratillo leyendo las paridas de alguien cuyo estado mental es cercano a la locura, es que estáis hasta los huevos de lo que estuvierais haciendo previamente...
Esto marcha y cada vez tengo más ganas de escribir. Buenas noticias: ya he superado el número de entradas de mi anterior blog (creo que fueron cinco o seis en un espacio de tiempo de siete meses, más o menos) en tan sólo un mes o dos (llevo muy mal las cuentas). Esto se debe no sólo a un renovado interés por el tema de la escritura sino también a vuestro apoyo incondicional, y ya basta de peloteos, no volveréis a leer una buena palabra de mí hacia vosotros hasta que no me invitéis a cerveza, cabrones (xDDD).
En fin, vamos al meollo de la cuestión: la diarrea mental de la semana expresada en forma de sueño o pesadilla que he tenido ésta misma noche.
Los detalles al 100% no los recuerdo, pero sí la esencia, así que tranquilos, que no os perdéis nada importante. Por el título de la entrada podréis deducir la temática... Nuestro amigo Freddy Krueger. Así es, he soñado con él, el entrañable e hilarante calvo con pintas de estibador y un problema de falta de manicura que lleva la friolera de 24 años atormentando a niños que acaban derrotándole de las maneras más absurdas. Ha sido una pesadilla agobiante que, una vez me he despertado, me ha dado una risa que te cagas y no podía dejar pasar la oportunidad de compartirla con vosotros.

Hete aquí que, sin saber muy bien cómo ni por qué, me encontraba yo en mi casa, o más bien una representación a lo Tim Burton (Dios, qué horror...) de mi propia casa. Según parece, acorde con mi frikismo por el ocultismo y una ida de olla más, yo era un ocultista profesional, si es que esos dos términos pueden ir juntos en la misma frase, y me dedicaba a... Pues eso... cosas ocultas...
Lo suyo es que había un problema en mi casa: una puta muñeca de porcelana... Y los que me conocéis bien sabéis que ODIO las jodidas muñecas de porcelana, me dan miedo, me cago encima con ellas, las tiraría todas a un horno gigante y metería las cenizas sobrantes en el culo de Cristopher Lambert. Además, para más INRI, la muñeca (como no podía ser de otra forma) estaba viva y paseaba tranquilamente por mi casa, jodiéndome la vida a más no poder. Paradójicamente, incluso siendo un experto ocultista, no podía encontrar ninguna razón física, metafísica, normal o paranormal para explicar dicho fenómeno, lo que quiere decir que mi "yo" onírico no era más que un capullo que decía: "soy la polla con el ocultismo", cuando en realidad quería decir: "estos libros con cosas raras de aquí son unos posavasos de puta madre".
Pero bueno, al menos era valiente y me ponía a solucionar el problema. Después de todo nadie quiere una muñequita con cara adorable e intenciones seguramente asesinas andando por su casa como si nos conociéramos de toda la vida...

Segundo problema: cuando consigo por fin acorralar a la zorra infecta, resulta que tiene un aliado, que no es otro que el señor Krueger. No recuerdo por qué, pero al parecer firmábamos una tregua mediante la cuál yo no tocaba a la muñeca y él me puteaba todo lo posible. Yo no sé si es que en mi sueño se me caía la baba, tenía el cerebro derretido o es que me habían sacado un ojo y me habían *Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii* el mismo cerebro hasta reventarlo, porque lo que hice con Krueger no era una tregua, sino una gilipollez... Es decir: "Hola, Fred, ¿qué tal si yo dejo en paz a la muñeca ésta (que no sé si te lo he dicho, pero me está jodiendo la vida) y a cambio dejo que tú me putées a mí? Ah, sí, pero sin olvidar que también la muñeca puede putearme...". Brillante, no se me ocurre otra palabra.
Resultado: cada madrugada (que al ser un mundo Tim Burtonesco podría ser perfectamente una noche más cerrada que el culo de un grillo) Fred aparecía en mi habitación para rajarme las sobaqueras (Ò_ó) con su manicura francesa mientras se partía el culo.
Llega el momento en que digo: "Hasta aquí hemos llegado, majo" y ni corto ni perezoso pego un patadón en la boca de la muñeca, que se convierte en mi hermano, quien duerme plácidamente. ¡El misterio ha quedado revelado, el Indiana Jones de los sueños (que soy yo) ha vuelto a vencer! O casi... Mi hermanito había sido maldito, o algo así, por Krueger, quien lo había convertido en una muñeca (sin muchas precauciones ni tiento, porque sólo bastaba una patadita para liberarle de la maldición...). El malo huye despavorido, yo me río con los brazos en jarras al más puro estilo Shin Chan, las sobaqueras convertidas en mapas, y mi hermano duerme, sonriente, como si nada...

Al día siguiente decido que esto no puede quedar así ("¡¡Esto no puede quedar así!!"), y me preparo para cazar al asesino de las pesadillas... Y para ello cojo mi mayor arma secreta.... ¡Tachán, tachán! ¡¡La máscara de Loki!! Exacto, amigos... La máscara de Loki... ¿Os acordáis de una película de hace tiempo de Jim Carrey en la que se ponía una máscara y se convertía en un tipo de cara verde con poderes dedicados exclusivamente a hacer que la gente se partiera el culo? Pues esa misma máscara era mi arma secreta...
Al parecer mi presa había conseguido la habilidad de materializarse en el mundo físico para continuar con sus maldades carentes de cualquier sentido... Y además... tenía otra máscara de Loki... Conclusión: mi arma secreta no servía ni para limpiarse el culete con ella... O eso pensaba, porque al parecer la máscara no te convertía en un señor con cara verde y poderes cuando te la ponías, sino que, simplemente, proyectaba una ilusión hacia los demás consistente en que tu aspecto no era el tuyo, sino el de un tipo distinto. Freddy era mi amigo Jorge (Pez, para los amigos) y yo era... un enano... (no de los de El Señor de los Anillos, sino de los de verdad, rollo Mini Yo).
Freddy, descubierto, salía corriendo, con la apariencia de Pez todavía presente. Pero entonces resultaba que yo había quedado con algunos amigos, entre los que estaban el propio Pez, Paco, Dani y David. Yo estaba, lógicamente, al tanto del primero, porque no me fiaba un pelo... Así que decido partirle los dientes de un puñetazo sin previo aviso. Él no se cabrea, porque es buena gente, y con la cara ensangrentada me pregunta por qué he hecho eso. Se lo explico y se encoge de hombros diciendo: "bueno, entonces era lógico que me zurrases...". Yo así: (._.).

Todo sigue su curso con normalidad hasta que, mientras estamos en un bar, observo a Paco... Su actitud resulta sospechosa... No sé bien por qué, pero no me hace ninguna gracia... Sí, es tan sospechosa que sólo puede significar una cosa: ¡¡¡Paco es Freddy, mi enemigo, usando la jodida máscara!!! No pienso, actúo. Soy un hombre de acción, soy John Rambo en plan tirillas... Cojo el vaso de tubo del que estoy bebiendo y se lo estampo en la nuca. Paco cae seco al suelo y yo pongo el pie sobre su espalda, mirando al techo con aire triunfal...
Y ahí termina el sueño gracias a la intervención de mi estridente y asqueroso despertador. Con ganas de agarrar un mazo y mandarlo al Infierno de los despertadores, me levanto de la cama, sin saber si realmente había cazado a Freddy Krueger, o si Paco se había llevado un hostión innecesario...
De todo esto podemos sacar una conclusión: no durmáis. Cuando duermes sueñas con cosas raras y luego te toman por loco...

Nada más aparte de desear feliz cumpleaños a Paco (cuyo cumpleaños fue, precisamente, ayer); a Sandra, la novia de Dani; y a Lola, que cumplen hoy los años. Sí, conozco muchos Piscis... Hay que joderse, con el asco que me dan... xDDDDDD (Por si acaso aclararé que eso es broma, xDDD)

PD. Por si alguien se ha visto ofendido, ninguna muñeca de porcelana fue realmente dañada durante el rodaje de éste sueño.

lunes, 25 de febrero de 2008

Raindrops keep falling on my head

Es lunes, son las 9:36 de la mañana y estoy cansadote. Viendo las cosas de este modo, la perspectiva no es muy buena, y teniendo en cuenta los resultados de los Oscar de éste año, la situación comienza a adoptar un tinte avinagrado que amenaza con destruir mi buen humor. Pero qué cojones, podría ser peor, podría llover (de hecho está chispeando...)... Y hay motivos para estar contento. El primer motivo es que, oye, tenéis ante vosotros la quinta entrada de éste blog... La cosa empieza a tomar forma, cosa buena, y además ésta ya no es una entrada de crítica, sino de "escribir por escribir", que a veces está bien. De hecho ése es el otro motivo para estar contento: me he levantado con ganas de escribir y un brote curioso de inspiración nada frecuente. Mola. Mola mucho. Sobre todo porque mi falta de ideas empezaba a tocarme las bowlings.
Eh, pero dejad que os hable sobre injusticias, por hablar de algo... Y qué mejor forma de hablar de injusticias que hablar de los Oscar. En serio, cuando me he despertado hace unas horas y he puesto las noticias, me ha venido a la cabeza la expresión "la primera en la frente" (nunca mejor dicho). Salía el Bardem dando su discurso con la estatuilla en la mano...
Puede que estas opiniones ofendan a muchos y me acuséis de muchas cosas feas... Francamente, estáis en vuestro derecho de hacerlo. Yo opino porque este es mi blog y digo en él lo que me da la gana, y mi opinión es la siguiente: Bardem puede o no ser un buen actor, pero cuanto antes podamos asumirlo mejor... Es un gilipollas con diploma de la Real Academia de Gilipolleces...

En serio, es innegable que se le ha subido el pavo a la cabeza, ha puesto huevos en su cerebro y ahora están eclosionando uno a uno, provocándole un creciente aumento del tamaño del melón y de su ya de por sí desmedido orgullo. Y es que con todos los premios que lleva encima a día de hoy después de haber recibido un Oscar va a estar inaguantable... El hombre estaba encantado de conocerse a sí mismo; ahora va a intentar hacerse una felación él solo, Dios tenga a bien no mostrarnos tal aberración. Pero es una suerte no conocerle personalmente y tener poder sobre él. Porque es cierto, tenemos poder sobre él. Que aparece en la tele hablando y diciendo cosas como: "soy Dios o alguien muy cercano a él, lamedme los huecos entre los dedillos de los pies..."; pues cambiamos de canal y Santas Pascuas; y éste es un motivo para estar contento.
Ahora no me saltéis encima y me arranquéis la piel para comérosla, por favor. Igual pensáis "¡¡¡ahí va, qué cabrón, no se alegra de que un español se haya llevado un Oscar!!! ¡¡¡Lapidadle!!!". ¡¡No, no, no jodáis, que no es nada de eso!! Me parece de puta madre que un español se haya llevado un Oscar, pero puestos a elegir hubiera preferido que se lo llevara el frutero de la esquina de mi casa, que es un tipo mucho más majo y afable.

Por otro lado, siguiendo con la Tocatta y Fuga en Pedo Mayor a Punto de ser Cagada ocurrida en la ceremonia de los Oscar, No es país para viejos ha pasado por la gala como el hombre invisible por un convento de novicias (aquí me abstengo de seguir la coña, porque igual me paso de la raya). Mejor película, mejor director (¿por qué mejor director, si son dos?), mejor guión adaptado y... alguno más, qué sé yo... Ah, sí, el de Bardem. Frente a ella teníamos Pozos de Ambición y Expiación. La primera ha recibido un Oscar al mejor actor, para Daniel Day Lewis, un actor como la copa de un pino a quien ya pudimos ver en otras películas como Gangs of New York encarnando al Carnicero de Five Points (su interpretación de hecho es de lo mejor de la película, porque pasada la hora y media comienzas a pensar: ¿por qué no empieza a llover ácido y se mueren todos menos Cameron Díaz y él?). Expiación, en cambio, ha recibido únicamente el Oscar a la mejor banda sonora original, cuando estaba nominada a unos cuántos más...
Y uno piensa: "Qué coño... Se supone que Expiación y Pozos de ambición eran peliculones... Sí, sí, peliculones de los que hacen época... Todas las críticas las ponían por las nubes, por lo general no hay nadie descontento con ellas, bla, bla, bla... ¿Qué ha pasado? ¿Qué clase de diarrea cerebral les ha dado a los individuos silvestres que dicen: ¡¡¡yo digo que este premio es para esta X, donde X es el título de una película, el nombre de un actor/actriz y... bueno, que ya me entendéis!!!"
Pues eso. ¿Qué coño ha pasado? He visto a los hermanos Cohen, los directores de No es país para viejos y he dicho: ¡¡Coño, qué par de freaks!! ¡¡Se nota que estos fueron los que hicieron El Gran Lebowski!! Y es que es eso, tíos y tías... Estamos hablando de los señores que hicieron El Gran Lebowski... Es una película cojonuda, sí, te partes el culo de principio a fin... Pero desde luego no puede decirse que sea un peliculón, ni nada que se le parezca remotamente.

Vale, que sí... Han evolucionado. Muy bien, han mejorado su estilo y les ha salido bien y su última película es la pera limonera, bla, bla, bla... Lo que queráis, no os lo voy a negar, pero me niego a pensar que es mejor que sus competidoras ya mencionadas hasta la saciedad (no confundir con suciedad). Pero claro, ¿qué esperaba? Si estamos llegando a unos niveles en los que películas como Spiderman 3 resulta que... que... que son buenas... ¡A la gente le gustan! ¡¡¡Spiderman 3!!! ¡¡¡La mayor cagada de la historia desde la fundación de McDonalds!!! Y van diciendo que si merece un 10, que si es la mejor de las tres, que si es fiel al cómic, que si pollas en vinagre...
¡No, joder! ¡Voy al cine a ver a Spiderman haciendo virguerías y cabreándose al ponerse un simbionte alienígena, no al Tobey Maguire saltando por las azoteas de New York, poniéndose flequillo en plan tipo malo-emo, bailando y tocando el piano, a un Venom que más que Venom parece Venenosa (una drag-queen de última generación) y como estas miles!
Pero es buena... Es una película de 10... A veces me pregunto si estoy loco... Igual soy un mamón integral y tengo el gusto en el bajo vientre... No lo sé, ni idea.
Pero el caso principal es que llevo 45 minutos escribiendo y ahora voy a seguir haciéndolo, y eso son buenas noticias... Son motivos para estar contento, aunque el mundo intente quitarte pelillos de las piernas con pinzas para ponerte de mal café. Pues no. Repetid conmigo, amigos míos: "¡Hay motivos para estar contento!" (y por si alguien lo dudaba: no, no estoy en plan sarcástico, lo digo en serio, xDDDD).

domingo, 3 de febrero de 2008

No hay nada que arruine las noches de Dexter

Antes de nada, debo disculparme por la reciente inactividad y ausencia que he mostrado, pero habéis de saber que no ha sido por desinterés ni nada por el estilo sino, más bien, por falta de tiempo. Nada más terminar los exámenes me he dedicado principalmente a reacostumbrarme a lo que era mi vida antes de estas terribles fechas. Por suerte soy libre, al fin, y he decidido retomar la actividad aquí también. Una vez más, el título de la entrada declara el tema de la misma, y este no es otro que Dexter.

¿Qué y quién es Dexter? Dexter es un forense especializado en sangre de la policía de Miami. Es un ciudadano modélico, un novio ejemplar, magnífico padrastro y además buen hermano. Ah, y también es un asesino en serie.

Es un ser sin sueños ni emociones aparentes. Muestra una fachada, un disfraz, cuidadosamente contruida a lo largo de muchos años. Sólo encuentra emoción en el placer de la caza y su presa son seres humanos... Pero sólo seres humanos malvados, gentuza que verdaderamente merece ser castigada. El único que conocía su secreto era su padre, Harry, el policía que le acogió cuando Dexter quedó huérfano, de muy niño.


Gracias a la tutela de Harry, el joven asesino desarrolló un código moral que le permite enfocar su sed de sangre hacia aquellas personas que lo merecen (el llamado "Código de Harry"). Al chico le encanta la sangre, así que toma una muestra de todas sus víctimas, conformando así una extensa, pero macabra, colección. Así es el personaje, pero forma parte de un todo, una serie, basada a su vez en una novela... o tres, más bien. El autor es Jeffrey Lindsay y corría el año 2005, según tengo entendido, cuando publicó "Darkly Dreaming Dexter" o "El Oscuro pasajero", en español (sí, las traducciones de títulos de novelas y de películas en nuestro país no dejan de sorprendernos por su ausencia total de semejanza con el original). Sin embargo, aunque no me he leído las novelas (todo a su tiempo), el personaje que he presentado es el de la serie de televisión, porque al parecer el original tiene algunas diferencias. De cualquier modo, Dexter mola. Y mola mucho, joder...

Es un personaje que, incluso careciendo de emociones y sentimientos, resulta increíblemente carismático. Conforme la serie avanza, Dex nos narra lo que piensa de las situaciones en las que se encuentra. Poco a poco nos muestra tanto a nosotros, como espectadores, como a sí mismo que ese supuesto vacío interior no es tal... Pero no voy a ponerme en plan cabrón y a lanzar spoilers sin ton ni son... Lo mejor que puedo hacer es recomendaros que veais la serie. La emiten en Fox, aunque el horario es un poco caótico y no sé exactamente ni qué días ni a qué horas la echan... Así que siempre podéis acudir a Vagos.es y descargarla directamente desde megaupload, bastante más práctico, rápido y fácil.
La banda sonora es de lo más curiosa, adecuada perfectamente a la temática de thriller dramático de la serie. Michael C. Hall en el papel de Dexter resulta verdaderamente formidable. Esas sonrisas de cabrón auténtico que pone son de lo más expresivas, cambiando al siguiente instante a un rostro que parece más bien una pared, por lo inexpresivo que resulta. Magnífico. El resto de personajes no están nada mal tampoco, cada uno con sus historias personales, perfectamente desarrolladas, que nos ayudan a comprender el carácter de cada uno de ellos, aunque hay que destacar a Harry, el padre adoptivo de Dexter, que aparece en toda la primera temporada a través de flashbacks que aquél tiene, recordando constantemente cosas de "El Código de Harry".
En resumen, una serie original como pocas, con unos personajes magníficos y una trama que engancha desde el primer episodio hasta el final. Dentro de poco comenzaré a ver la segunda temporada y os comentaré mis primeras impresiones... Hasta entonces, seguiremos en contacto. Y sed buenos, o ya sabéis lo que toca...