miércoles, 5 de marzo de 2008

Pulpos cósmicos

Ya llegó la política a Arcane Studio (blog patrocinado aquí también) en una de sus últimas actualizaciones. Y no es de extrañar, habida cuenta del clima de actualidad en que está sumergido el país estos últimos días. Por supuesto aquí no podíamos ser menos, en Rake at the Gates of Hell. Así que, si política queréis, política tendréis.
A estas alturas de la vida es difícil no tomar una posición clara de cara al proceso electoral, máxime en un país donde nuestros políticos se empeñan en polarizar. Pero es que es verdad que la elección de un representante digno entre los dos posibles candidatos (porque al fin y al cabo, siendo totalmente realistas, sólo hay dos representantes) es tema arduo y complejo. Incluso al otro lado del charco, nuestros queridos vecinos los yanquis se enfrentan a la dicotomía de elegir entre Obama y Hillary. Política, política y más política… Aquí, allá y doquiera que miremos…
Pero, como decía, la elección es difícil y compleja. Por un lado tenemos al doble de Rowan Atkinson (también conocido por su alias más famoso: Mr. Bean), Zapatruño, conocido humorista de carácter atolondrado, y por otro a Labiobobo McRajoy, temible pistolero del salvaje oeste, siempre con una bala (aunque sea de fogueo) en la recámara.
Ante semejante elenco me ha resultado completamente imposible tomar posición clara, aunque ganas no han faltado, ya lo digo.
Como políticos ambos valen lo que un café (unos ochenta céntimos, ¿no?). Como personas ya no sé, pero me inclino por la opinión de que ambos son esencialmente malos o tontos, como cualquier político que se precie. Y es que se necesita cierta maldad y no menos estupidez para ejercer semejante profesión. Maldad porque, esencialmente, la política es una herramienta expresamente dedicada para el fomento del mal y la próxima apertura de las Puertas del Infierno. Estupidez porque, como bien dijo el doctor House: “Los tontos molan”. Así pues, no hay mejor líder que un tonto del culo, teoría ampliamente demostrada gracias a la historia.

Eso por la parte que toca a nuestro país. Respecto a un posicionamiento de cara a las elecciones de los U.S.A (Ulcerados Sesos de Amiérdica : D) tampoco puedo tomar partido. Algunos, sino todos, pensaréis: éste tío es un mierda, no se moja ni un pelo, así es cojonudamente fácil hablar de política. ¡Pues no, gilipollas! (Es lo que yo os respondo si habéis pensado eso). ¡Claro que me posiciono, pero por ninguno de ellos! De hecho lo que pretendo aquí, en RatGoH (Rake at the Gates of Hell) es proponer un nuevo candidato que es verdaderamente sincero con nosotros, para variar. “Ciudadanos por aquí, ciudadanos por allá…”, me canso de oír siempre la misma cantinela por parte de unos y otros mientras tengo la mosca detrás de la oreja observando a ambos contendientes para evitar que ninguno de ellos me la meta hasta el duodeno. Porque esto creo que lo sabéis todo, ¿no? Todos los políticos mienten, porque es su naturaleza. Es como a nosotros, los plumillas o periodistas, nos enseñan a mentir desde el primer año de facultad. A ellos igual, pero de forma más refinada. Básicamente les enseñan a “darnos por el culo de forma que parezca que nos están lamiendo la oreja” (frase cortesía de mi buen amigo Luís).
Por eso aquí, como no podía ser de otro modo, propongo como ya decía un nuevo candidato. Porque yo me posiciono, joder. Porque no me callo. Porque en este mundo político hay que hablar de política, pero siempre que se hable de política en RatGoH debe ser desde la óptica del buen humor, como con cualquier tema que aquí se toque, porque es la finalidad de éste blog: tomarse la vida con algo de humor. Sin más dilación, aquí os presento a mi candidato, ya no sólo a la presidencia de España y EE.UU., sino también del mundo entero:




¡¡¡Tachán!!! ¿¿¿A que no os lo esperabais??? ¡He aquí el candidato que hemos elegido en RatGoH! ¡Un hombre (bueno, la verdad es que es más bien un ser…) de principios serios y código moral firme! ¡Un ser que no va a mentirnos, porque no tiene necesidad de ello! ¡Un ser que es malo malísimo, pero al menos lo reconoce y no le importa hacerlo! ¡Un ser que, además, no es tonto, ni muchísimo menos, pero compensa su falta de tontería con una maldad tan pura y refinada que es imposible resistirse a su atractivo electoral! ¡Ni Zapatero, ni Rajoy, ni pollas en vinagre! ¡Votad por Cthulhu!
Veréis que todo son ventajas votando al alegre primigenio…
Desde que saliera de su ciudad hundida en el océano, R’Lyeh (leído Rylé), nuestro Primigenio favorito lo ha tenido muy claro: si quiere hacerse con el mundo ya no tiene que usar la fuerza. ¿Para qué utilizar su enorme tamaño y su vasto tonelaje para aplastar a la humanidad como las hormigas que para él suponemos cuando puede presentarse a unas elecciones democráticas ordinarias y ganar por goleada? ¿Por qué utilizar el terror, la locura, la muerte y las masacres indiscriminadas cuando puede convertirse en el amo del mundo gracias a los ciudadanos, sus futuras víctimas, que van a votarle sin dudarlo?
No hacen falta dos dedos de frente para saber lo que conviene. Y yo personalmente no veo mejor candidato para el dominio de nuestro país, del de más allá o del mundo entero. ¿Para qué estar con la paranoia de que nos están mintiendo y jodiendo cuando podemos acceder a un líder que te va a decir claramente lo que hay? En una rueda de prensa reciente un periodista osado y valiente (que insistió en probar nuestra cerveza) se aventuró a preguntar al candidato por sus propuestas electorales, basadas sobre todo en esclavizar a la raza humana y devorar una gran cantidad de personas al día, en torno a cien, entregando otros cien, más o menos, a sus hijos para que jueguen con ellos. Así preguntó el periodista:
“Señor Cthulhu, ¿cómo podemos saber que usted no nos está mintiendo?”. A lo que el candidato respondió: “Caballero, F’tangh, no tengo ninguna necesidad de mentir. Soy malo, F’tangh, soy un cabrón de la peor calaña”.
“¿Podría entonces darnos alguna prueba de su sinceridad, si es tan amable?”, reiteró el periodista. “¿Cómo no, F’tangh?”, respondió Cthulhu, antes de atrapar al periodista con sus tentáculos faciales y devorarle en cuestión de segundos. “¿Alguna otra pregunta?”, dijo después. El resto de periodistas invitados no pudieron más que ponerse en pie y vitorear al candidato.

He aquí una escenificación de lo ocurrido mientras el Primigenio tomaba la decisión de convertirse en un candidato a Presidente de… bah, de donde sea, que da igual:
“¡Coño, Chathoghua!”, dijo Cthulhu cuando despertó y se vio el percal, “¡Esto es cojonudo, macho, F’tangh! Me había despertado con unas ganas de comer humanos de flipar, F’tangh, pero después de milenios dormido me ha dado un calambre en el culo acojonante, F’tangh, y casi no puedo ni moverme… Así que he decidido presentarme a unas cosas que llaman elecciones.”
El otro Primigenio hubiera alzado una ceja, si tuviera, pero preguntó, totalmente descolocado: “¿Elecciones? ¿Y eso qué es? Ya sabes que yo soy de la vieja escuela… Tortura, miedo, desmembramientos, pozos de sangre y cosas de esas… Pensaba que tú también lo eras, tío.”
Cthulhu, que efectivamente seguía siendo de la vieja escuela, no tardó en responder:
“¡Claro, macho, F’tangh! ¡Si a mí me pirra todo eso, F’tangh! ¡Pero eso de las elecciones es cojonudo, F’tangh! Consiste en que un grupo grande de humanos, F’tangh, eligen a un tonto para que les gobierne como una especie de rey, F’tangh. El elegido hace lo que quiere, luego miente a los humanos, F’tangh, y todos contentos. ¡Es genial, F’tangh!”. Chathoghua quedó fascinado por la simplicidad del plan de su amigo y por las posibilidades de éxito tan apabullantes que tenía.

El programa electoral de éste, mi candidato seleccionado, son variadas y jugosas. El Primigenio prometió que, económicamente, daría mucha pasta a todos sus votantes, fieles y sectarios. Él no la necesita para nada, y tiene mucha en R’Lyeh. Y al fin y al cabo eso es lo que importa, ¿no? La pasta. La pela es la pela (como dirían en Catatonia). Así que, ya sabéis, un montón de dinero para todos. Total, doscientos humanos al día es un precio pequeño a pagar… De hecho yo supongo que a día de hoy morirán una cantidad similar en el mundo cada día… Todo ventajas, pues. Perderemos cordura, vidas, recibiremos un montón de torturas y veremos nuestro mundo invadido por seres cósmicos salidos de la mente morfinómana de H.P. Lovecraft… ¡Pero, eh, tendremos toda la pasta que queramos! Después de todo eso es lo único que cuenta, ¿no?
¡¡Votad por Cthulhu!!