jueves, 17 de enero de 2008

Nadie dijo que no pudiera hacer publicidad aquí...

Bueno, chicos y chicas, terminado mi primer examen he encontrado el tiempo e inspiración suficientes como para realizar otra entrada. ¿En qué consiste esta vez? Sencillo, voy a hacer publicidad de una amiga mía ya mencionada en este mismo blog: Lurei. Intentaré ser lo más objetivo posible, pero tened en cuenta de que es una de mis dos mejores amigas y eso cuenta a la hora de hacer estas cosas, pero bueno... Ahí vamos.
Lurei adora la fotografía, entre otras muchas cosas. Quiere dedicarse profesionalmente al tema y, la verdad, no me sorprendería que lo consiguiera, pues es un campo en el que destaca sobradamente. Tiene un don, esto es así. Pero, además, tiene una imaginación increíble. Y son estos dos aspectos los que hacen que sea capaz de realizar montajes fotográficos asombrosos. Os lo aseguro, la mayoría resultan fascinantes. Digo sin miedo a equivocarme que es toda una artista, tanto en este campo como en cuestiones de dibujo. El caso es que este post ha sido inspirado por algunas de sus más recientes obras. Explicaré el contexto, primero.
Ambos estamos en una página de rol por web llamada Comunidad Umbría. En una de las muchas partidas en las que coincidimos ella juega a una artista irlandesa, Emilie, afamada cantante y violinista de reconocido prestigio a escala mundial. Lejos de los detalles interpretativos y descriptivos del personaje (sería decir poco que son ricos, pero me pegaría hasta mañana escribiendo), ha desarrollado todo el contexto que rodea a su personaje de forma magistral.
Prueba fehaciente de ello es que ha realizado dos portadas de revista y una doble página de revista sobre su personaje. La doble página, en concreto, pertenecería a la revista Playboy. Doy este dato concreto porque voy a camuflar las dos portadas realizadas por Lurei entre dos portadas reales de conocidas revistas, para que podáis apreciar el resultado. Y es que, porque me lo dijo ella, que de lo contrario jamás hubiera adivinado cuáles eran las reales y cuáles las diseñadas por Lurei, tal era el grado de perfección.




































Y aquí la doble página del Playboy, para que veais que realmente podría ser perfectamente parte de una edición de esta revista:














Ahí están. ¿Alucinante, verdad? En cuanto pasen un par de días diré cuáles son las reales y cuáles son las de Lurei. Os aseguro que no deja indiferente... Seguiremos actualizando, estad al tanto...

viernes, 11 de enero de 2008

"Vuelve... Vuelve a mí..."


La frase que encabeza esta entrada es, precisamente, la seña de identidad de la película Expiación, de Joe Wright, estrenada hoy, día 11 de enero, en las salas de nuestro país. Basada en la novela de Ian McEwan, el director de Orgullo y Prejuicio nos deleita esta vez con una magnífica película que narra la preciosa historia de un amor imposible.
Los personajes principales de la obra son interpretados por una magnífica Keira Knightley y un más que sobresaliente James McAvoy.
Con una banda sonora de lo más curiosa, habiendo algunos temas que intercalan la música de fondo con un ritmo creado a través del repiqueteo de una máquina de escribir y, una vez más, con una fotografía espléndida, Expiación ofrece un visionado magnífico, si bien en algunos momentos resulta algo lenta.
Hasta aquí la parte, digamos, más objetiva de la película. Ahora comenzaré con lo que me toca, esto es, mi humilde opinión sobre la película.
Reconozco que iba con unas expectativas bastante altas. Vi Orgullo y Prejuicio, del mismo director, y quedé francamente fascinado con el filme, hasta el punto de haberlo convertido en una de mis películas fetiche. Pues bien, Expiación ha cumplido mis expectativas. El señor Joe Wright ha acertado nuevamente con Keira, la que parece ser su nueva musa, pues ha sido la protagonista de sus dos últimas obras. Por primera vez la actriz inglesa encarna un rol que no le es habitual. Estando acostumbrado a sus papeles en los que destaca especialmente la dulzura de sus personajes, muy dados a regalarnos deslumbrantes sonrisas, Cecilia es un personaje que sorprende en ella. Sonríe poco... A decir verdad casi nada. En la primera parte de la película no provoca ninguna simpatía, pero poco a poco le coges cariño y llegas a sentir una profunda lástima por cómo se desarrolla su peculiar historia de amor con Robbie, el personaje de McAvoy.
Al principio se ofrecen algunas situaciones cómicas que han despertado las risas de gran parte del público, aunque luego quizá se han arrepentido de ello, pues lo que parecen travesuras y tonterías en un primer momento, serán el desencadenante de la trama principal después.
La forma de contar la historia es, cuanto menos, curiosa. El director intercala constantemente distintos momentos temporales, lo que hace que, si no estás despierto, puedas llegar a perderte en algún momento. De hecho me han dado ganas de pegar un buen par de gritos a las que tenía a mi lado para explicarles lo que estaba pasando, porque no se estaban enterando de por dónde les daba el aire... Una lástima...
El caso es que, conforme avanzaba la trama, me he sentido algo frustrado. No por nada, sino porque he pensado: "Joder... se nota que el autor es un hombre (Ian McEwan). Necesita meter sentimientos negativos a piñón para crear el nudo y la problemática de la historia... Esto me huele a final barato con intento de lágrima fácil, qué decepción... Igualito que Leyendas de Pasión...".
He tenido que sacar un bote de ketchup y dos panecillos para comerme mis propias palabras mientras me secaba los lagrimones. Y es que al llegar el momento álgido de la película, un giro argumental totalmente inesperado hace que la sangre llegue a helarse justo antes de comenzar a hervir, una sensación de lo más curiosa, creedme. La banda sonora es buena, o eso me ha parecido, aunque está poco explotada.
La interpretación de Keira me ha encantado. Ha sido un contraste enorme con lo que he visto hasta ahora y no he quedado en absoluto decepcionado. Ha demostrado una vez más que no sólo es una buena actriz (aunque no os lo parezca a todos) sino que sabe , sobre todo, imprimir gran pasión a sus personajes. James McAvoy es un tipo al que no conocía, pero me ha gustado su actuación. Ha conseguido dar mucha naturalidad y fuerza al personaje de Robbie, haciendo una muy creíble interpretación.
En fin y a la postre, me ha gustado mucho la película. Sobran algunas escenas, eso es cierto, y hay algunos momentos en los que se muestran las atrocidades de la guerra que, pienso yo, son totalmente innecesarios, y sólo sirven para despertar el morbo en el espectador, más que desmoralizarle, que supongo que es la verdadera intención. No diré que os la recomiendo a todos, porque algunos me escupiríais a la boca antes de terminar de decir la frase, pero a todos los que os guste el género, como a mí, y quedasteis satisfechos con Orgullo y Prejuicio, id a verla. Eso sí... Os advierto que el final es como si te cogiesen el corazón, lo apretujasen con una sonrisa y lo tirasen con fuerza contra una pared...

jueves, 10 de enero de 2008

Resucitando "El Estanco"...

¡Bienvenidos, amigos! Me alegro de poder volver a escribir para vosotros y para matar el aburrimiento después de un largo periodo de inactividad. Algunos, si no todos, me conocéis de sobra, así que me ahorraré las presentaciones por ahora. Algunos incluso leíais mi anterior blog, “El Estanco”, lo que me llenaba de gozo y satisfacción. La idea es que esto sea algo parecido, pero distinto. La intención de esto es hacer lo que hacía antes, pero introduciendo algunas chorradas referentes a mi día a día, siempre contadas con la debida ironía y coña, para animar un poco el asunto. Que no os engañe, por cierto, el nombre del blog. No soy ningún atormentado, no estoy a las puertas del infierno, ni nada parecido… Es sólo un nombre, es un nombre guay (pienso yo) y ya está. Por si surge alguna paranoia por ahí…

¿Por qué este repentino interés por la redacción de un blog? Pues, simple y llanamente, por pura envidia. Llevo unos días leyendo el blog de un buen amigo (Carlos, un beso desde aquí) y recopilando envidia cada vez que me paso por sus páginas. Sí, es un hecho, soy un tipo envidioso. No mucho, pero ahí está esa puntilla. El caso es que cuando Edgar decidió abrir su propio blog, aquello fue la gota que colmó el vaso. Decidí que un servidor no podía ser menos, y aquí estoy. ¿De qué voy a escribir esta vez? Aún no lo sé… Con un poco de suerte e inspiración, este blog se mantendrá un tiempo activo y con actualizaciones regulares… Si atendemos a la lógica proporcionada por la estadística… En fin… Escribiré tres posts, me cansaré y lo dejaré olvidado, hasta que vuelva a entrarme otra venada. Espero, sinceramente, que ocurra lo primero.
Tengo en mente varias ideas, lo cuál es bueno, pero ahora mismo he de avisar que empezaré lentamente, más que nada porque tengo los exámenes YA (cómo mola… que alguien me traiga una pistola y un bote de antidepresivos… una mágica e incomprensible combinación). Nada más que decir…

Por ahora…

Agradecimientos:
-Lurei: diseñadora y creadora del banner que corona este blog.
-Víctor: por ser el primero en meter el gusano de la envidia en mi organismo.
-Carlos: leer tu blog cada día hizo que el gusano creciera y subiese a mi cerebro.
-Edgar: ya lo he dicho... lo tuyo fue el paso definitivo, xDDDD.